[Homilía] Llamado y seguimiento

Tiempo de lectura: 3 min.

San Mateo apóstol y evangelista

Dios nos llama en lo ordinario y quiere que le respondamos con rapidez, cortando todo lo que nos impida el seguimiento de Cristo. Vemos el ejemplo en el llamado de los apóstoles, especialmente hoy, el llamado de San Mateo.

Benedicto XVI lo explicaba en una catequesis (30-08-2006): “sólo en la narración de algunas llamadas (vocaciones) se menciona el trabajo que estaban realizando esas personas. “Pedro, Andrés, Santiago y Juan fueron llamados mientras estaban pescando; y Mateo precisamente mientras recaudaba impuestos. Se trata de oficios de poca importancia —comenta el Crisóstomo—, «pues no hay nada más detestable que el recaudador y nada más común que la pesca» (In Matth. Hom.:  PL 57, 363).”

Así es como Jesús nos llama en medio de los trabajos más ordinarios, y así espera Jesús que le respondamos: como Mateo, que responde inmediatamente a la llamada de Jesús:  «Él se levantó y lo siguió».

Benedicto dice que lo concisa de esta pequeña frase, “subraya claramente la prontitud de Mateo en la respuesta a la llamada. Esto implicaba para él abandonarlo todo, en especial una fuente de ingresos segura, aunque a menudo injusta y deshonrosa. Evidentemente Mateo comprendió que la familiaridad con Jesús no le permitía seguir realizando actividades desaprobadas por Dios.”

Pidamos por intercesión de San Mateo, escuchar la llamada de Dios en las actividades ordinarias de nuestro día y que podamos responderle inmediatamente, cortando con todo lo que nos separa de Dios.


1.       Primera lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (4,1-7.11-13):

Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados. Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo. A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia según la medida del don de Cristo. Y él ha constituido a unos, apóstoles, a otros, profetas, a otros, evangelizadores, a otros, pastores y maestros, para el perfeccionamiento de los santos, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud.

Palabra de Dios

2.      Salmo

R/. A toda la tierra alcanza su pregón

Sal 18,2-3.4-5

El cielo proclama la gloria de Dios,

el firmamento pregona la obra de sus manos:

el día al día le pasa el mensaje,

la noche a la noche se lo susurra. R/.

Sin que hablen, sin que pronuncien,

sin que resuene su voz,

a toda la tierra alcanza su pregón

y hasta los límites del orbe su lenguaje. R/.

3.      Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (9,9-13):

En aquel tiempo, vio Jesús al pasar a un hombre llamado Mateo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme.»

Él se levantó y lo siguió. Y, estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos. Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: «¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?»

Jesús lo oyó y dijo: «No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa «misericordia quiero y no sacrificios»: que no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.»

Palabra del Señor

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