Suele pasar que estamos más atentos a lo que más llama nuestra atención. Y ya que nuestra atención es atraída por lo más visual o lo más sensible, es normal que nos quedemos con eso, lo más sensible. Es decir, lo que nuestros sentidos pueden percibir.
Sin embargo, no toda la realidad es «sensible». No toda la realidad se puede percibir con los sentidos naturales. Si nos quedamos solo con lo natural, nos estará faltando la parte más importante de la realidad: lo sobrenatural.
La fe es de lo que no se ve. Así dice Hebreos 11,1: «La fe es la sustancia de lo que se espera, la prueba de lo que no se ve«. Por lo tanto, si una persona dice que tiene fe, pero se deja guiar solamente por lo que sus sentidos perciben y lo que impacta su afecto, resulta que está cayendo en una contradicción. Ya que la realidad para esa persona está representada principalmente de lo que «sí se ve»…y la fe es de lo que «no se ve».
De hecho, ese fue el error que cometieron los judíos en el evangelio de hoy, se dejaron llevar por lo que veían (Mc 6,3) y así dijeron: «¿No es Éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no están aquí entre nosotros?» Y se escandalizaban de Él».
Se escandalizaban, claro, porque no podían creer que Jesús era el Mesías o que era Hijo de Dios. Solo veían a un paisano más. Por eso, termina diciendo (Mc 6,6a) «Y se quedó asombrado de la falta de fe de ellos.»
Debemos tener una visión de fe que nos ayude a interpretar la realidad según criterios sobrenaturales y no dejarnos gobernar solo por lo natural.
Si nos dejamos llevar por lo mediático y sacamos de allí nuestros criterios para vivir, estaremos debilitando nuestra visión sobrenatural. Si solo nos guiamos por lo trending tendremos una visión incompleta de la realidad.
Es mucho más importante lo que podemos conocer por fe que lo que conocemos por los sentidos.
PD: ¿Qué tiene que ver esto con el «ampay»? Que «lo importante es invisible», el ampay de Magaly no es importante para nuestra alma y es muy visible, llamando bastante la atención; por otro lado, las verdades de la fe (como la eucaristía o la divinidad de Cristo) son muy importante para nuestra alma y, sin embargo, no son visibles.